Rol de las TIC en la Educación en tiempos de la pandemia
Texto elaborado por Lady Julieth Ospina.
“Dígame y olvido. Muéstreme y
recuerdo.
Involúcreme y comprendo” (Proverbio Chino)
Estamos
en un tiempo de contingencia que ha requerido de nosotros especial atención, un
sobre esfuerzo para entender la vida, la salud, la familia, la educación. Ha
puesto en nuestro camino nuevos retos, formas de ver y asumir la vida. En el ámbito
educativo, especialmente el rol docente en tiempos de Covid ha puesto sobre la
mesa la necesidad de aprender a manejar las tecnologías de la información, emplear
plataformas que antes no conocíamos o controlábamos dentro de nuestro currículo
operativo, y esto modificó la forma en la que veníamos viendo la educación
tanto en la teoría como en la práctica.
La
educación en tiempos de pandemia supone asumir la óptica del cambio, tomar un
papel activo y creativo, evolucionar cómo evolucionan muchas de las teorías
pedagógicas, a la necesidad imperiosa de conocer el sujeto, sus nuevas formar
de ver y asumir la vida y el mundo. Educar en y para la sociedad de la
información, implica saber, que estar inmersos en los nuevos tiempos es hablar
de la era digital, de la facilidad de la comunicación, la destreza en la
búsqueda del conocimiento, la amplia gama de posibilidades que ofrece esta era,
el fácil acceso al mundo, dónde se hace necesario un rol mediador, impulsor,
orientador y guía en los procesos de enseñanza/aprendizaje.
El
papel del docente ha ido tomando un nuevo carácter a través del tiempo, se ha
configurado en un ser más humano y pensante, proyectado en la educación actual,
lejos de la tiranía tradicional, y ha aprendido a través del tiempo las
implicaciones e impacto que ejerce su profesión en los ambientes dónde
pertenece.
García & Fonseca (2016), quiénes estudiaron e investigaron la figura de lo que significa ser “buen profesor”, plantean que éste “se ha configurado en la historia a partir de un conjunto de características y atributos que debe poseer.”, deben poseer cualidades como “buen maestro” concretadas en tres campos: profesional, ético y humano. Todas ellas integradas y enfocadas en el desarrollo de los estudiantes, explorando las habilidades intelectuales y humanas en conjunto. Ser profesor entonces, es una actividad de coraje y continua adaptación, ser un “buen profesor” requiere de prácticas y competencias que desarrollen y desenvuelvan a su vez las habilidades de otros, en una sociedad que se ha visto afectada por la pandemia, por las cosas que antes no pasaban, por los cambios repentinos.
El covid trajo consigo la necesidad de que la educación se repiense, se adapte a interpretar las situaciones por las que pasan nuestros estudiantes. Ha sido un viaje desde 0 hacía el descubrimiento de que enseñamos, para qué, de qué manera, cómo debemos comportarnos en el aula virtual, y ahora en la alternancia.
Tapabocas, gel antibacterial, alcohol, computadores, celulares, plataformas, hacen parte de esta nueva llamada "educación en tiempos de covid" ha sido un riesgo, tal como lo manifiesta (Biesta 2017) “La educación es un hermoso riesgo: es riesgo pues el acontecimiento concreto es la apertura a lo imprevisto e incluso a lo imposible. Es renunciar a tenerlo todo controlado y dar paso a lo totalmente otro, a la otredad, a la persona del educando” tomar el riesgo para construir sociedad, es un riesgo que siempre valdrá la pena, la educación en tiempos de covid y, en la sociedad de hoy, es un riesgo, de cambiantes transformaciones, pero también es un reto, que asume quién se siente preparado para enfrentarlo, para luchar por una educación digna, avanzada, para todos, ejemplificante, que deja huella en su entorno, aún con la tecnología, las diferencias, la desigualdad, la ciber información como mediadora de los procesos.
Biesta, J.J. El bello riesgo de educar.
(2017) Editorial SM. España.
García,
R. & Fonseca, C. (2016). Ser un buen
profesor. una mirada desde dentro. Recuperado de: file:///C:/Users/ospin/Downloads/Dialnet-SerUnBuenProfesor-6039921.pdf
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